Una luz, un libro, el reloj que no para. Tic-tac, tic-tac. Ella lee y su teléfono, de la nada, empieza a sonar. Se pregunta quién será a
estas horas, sólo hacía falta alargar la mano para descubrirlo.
Duda en cogerlo pero... ¿y si ha pasado algo?
- Sí, dime.
- Tengo ganas de verte.
(En esa frase iban implícitas muchas otras cómo te hecho de menos, te necesito, vuelve. Ven...)
No hizo falta más. Cuando se quiere dar cuenta ya está vestida, con la
chaqueta puesta y saliendo por la puerta. Tiene claro que se va a montar el
primer autobus que pase para que la lleve a ninguna parte, no se ha podido
resistir. Una ultima noche. Sabe que es una locura, pero no le importa; se deja llevar, disfruta. No piensa
en nada más, quiere vivir.
(En esa frase iban implícitas muchas otras cómo te hecho de menos, te necesito, vuelve. Ven...)
Apaga el móvil y empieza a sentir, a existir.