Convénceme que no hay rutina. Hazme creer que la luna es roja, que las estrellas las puedo alcanzar, que tus mejillas son de terciopelo dorado. Convéncemeque la semana contigo tiene dos domingos, que los lunes no son réplicas.
Que si me quedo me harás feliz y me sorprenderás cada día y no me arrepentiré de haberte seguido.