Que salga de tu boca lo que yo no soy capaz de decir. Regálame los oídos pero sólo si es verdad. Enseñame la ciudad, rincones desconocidos (de ti). Perdámonos por Madrid.
Úneme todas las frases sueltas, párame el corazón. Cuéntame que es de tu vida, qué pasó.
Cuídame como tu sabes. Ábreme la puerta, déjame entrar, sorpréndeme en la ducha. Cántame justamente esa canción al oído. Pasa que no quiero otra.
Destapa mis ojos, dame los buenos días. Mírame. Deja de verme porque no soy una más. Obsérvame, léeme pero no el pensamiento, sino la mirada. Deja de oírme y escúcha que estoy hablándote. Entiende y no lo que digo, sino lo que callo. Lo que escondes. Cuestióname, desmiénteme, detéctame, encuéntrame, quítame la ropa y vísteme con tu pijama y (sálvame del sofá y) méteme en tu cama y solo abrázame, dame calor, apágame el sol y hazme cosquillas, nunca en los pies. Risas y carcajadas. Flujos, siendo exacta nasales. Locuras, descuidos, horas muertas sin sombra que no tienen desperdicio.
"Dibuja aquí tu imaginación", puedo servirte una sonrisa de menta si lo deseas. Puedes creerme, de hecho, debes! creerme, no necesito nada material. Solo ven, y vuelve, y sorpréndeme.
De nuevo.